Tan sólo por hoy da las gracias por las bendiciones que hay en tu vida
Éste es el tercer principio del Reiki, elaborado por el Doctor Mikao Usui, para que fuera transmitido como legado a lo largo del tiempo. Agradecer las bendiciones presentes en nuestra vida constituye un auténtico arte.
La práctica del Reiki no consiste únicamente en ir colocando las manos en diferentes posiciones sobre el cuerpo para transmitir energía y así restablecer la armonía y el bienestar de nuestro organismo. ¿Qué tal si buceamos un poco en la filosofía del Doctor Mikao Usui y tratamos de comprender el sentido de algunos de los principios del Reiki en nuestra vida cotidiana?
¿Dar las gracias? ¿Eso es algo que ya no se lleva o ha pasado de moda definitivamente? ¿Para qué agradecer algo que doy por hecho que está? Lo cierto es que pocas personas hoy día dejan brotar de sus labios esa mágica y maravillosa palabra, con toda su cadencia y aplomo, un sencillo y directo «GRACIAS». Del latín gratia (favor, simpatía, estima), que a su vez deriva del adjetivo gratus (agradable, agradecido), gratia denota la honra o alabanza que se tributa a otro, o bien el reconocimiento por un favor recibido, cuando otra persona hace algo por nosotros.
La palabra «gracias» emite una poderosa vibración energética capaz de conquistar los corazones más mohínos y los rincones más recónditos del espacio. Y en cierto sentido, cuando uno la pronuncia, esta palabra parece que hace ecos, resuena una y otra vez alrededor. Y si no, haced la prueba.
A agradecer también se aprende, porque no es lo mismo hacerlo mirando al suelo y encogido, murmurando en voz baja, que hacerlo de frente, mirando a los ojos del otro, con una sonrisa amplia. Y a veces no hace falta ni tan siquiera pronunciar sonido alguno, baste con el contento del corazón alegre contemplando una puesta de sol, un campo de girasoles, la belleza de un roble, o el milagro de la lluvia al final del verano. Y lo mejor de todo, es que todas estas bendiciones nos han sido dadas gratis, no cuestan nada, no tienen precio, sin embargo son de un valor incalculable; pertenecen al ámbito de las verdades inconmensurables.
Afortunadamente en el mundo que habitamos hay unas cuantas verdades inconmensurables, que si acaso nuestros abuelos en su tiempo nos enseñaron con mucho esmero a apreciar como merecen… Porque lo que prima ahora es más bien pensar en lo que me falta, y no en lo que ya es y se hace presente cada mañana cuando me levanto. Y así uno y otro día, me voy empleando en el arte de dar vueltas a lo que podría tener y no tengo, porque claro, absolutamente todo está empañado por una tremenda crisis con forma de enorme bola de fuego, cual meteorito retransmitido a cada segundo en las noticias. Pero a mí me estimula esto de sentir que nunca tengo, que nunca me llega, que siempre me falta, porque me estoy convirtiendo en un ser de carencias, materiales, afectivas y espirituales, alejado de mi creatividad y mis talentos, y es que el arte de amargarse la vida es mucho arte y requiere un gran despliegue de medios, no es cualquier cosa, amén de una buena dosis de mediocridad e inconsciencia, cuando no incluso, violencia.
A pesar de todo, yo sigo empeñándome en sentirme pequeño y desgraciado, a ver si con un poco de suerte Dios, los políticos, mi jefe o la jubilación, quieran que consiga eso que tanto anhelo, eso que todavía me falta para sentirme pleno y completo. Y mientras tanto habré dejado de contemplar con los cinco sentidos la maravilla de un amanecer, el olor de una rosa, una noche estrellada, habré dejado para mañana el abrazo de mi hijo, el calor de un amigo, una sabrosa comida en buena compañía, las páginas de un libro, aquella música gloriosa, las risas. Privado de la conciencia de agradecer lo que hay, cada día habré dejado para mañana la vida, mi vida.
Así que por favor, pronuncien con más frecuencia el poderoso «gracias», y envíen bendiciones a todas aquellas cosas y personas maravillosas que les rodean y nutren su existencia, especialmente a aquellos con quienes la relación se hace más ardua. Verán crecer margaritas a su alrededor. Sean conscientes cuando lo hacen de que movilizan la energía bloqueada en sí mismos y en los otros, sean conscientes de que aumentan el nivel vibracional de la Tierra hasta alcanzar la poderosa vibración del amor.
Esto es también es una forma de dar y recibir Reiki. Y además es gratis.
Noelia Román
Artículo publicado en la revista Espacio Humano. Octubre, 2012.